“Un momento se va, se va y se fue….”. La noche del viernes 5 de noviembre, Enrique Bunbury, se despedía de Buenos Aires, la capital de Argentina donde presentó su último trabajo discográfico, Las Consecuencias.
Luego de tres noches consecutivas en el teatro Gran Rex, cada uno de los conciertos comenzó con el tema que da título y abre su más reciente trabajo discográfico: Las Consecuencias. Si bien los temas interpretados en su mayoría correspondían a este disco, cada una de las noches Bunbury, invitaba a su público a que lo acompañase por este viaje musical.
Entre los temas, El Anzuelo, fue una de las grandes sorpresas de la noche por su intro, de estilo particularmente setentero, así como la versión de El hombre delgado… cuyos acorde iniciales culminaban en una versión más potente de lo que su comienzo presagiaba.
En todo momento Enrique Bunbury demostró a su público latinoamericano, que había venido a Argentina a dar lo mejor de sí, hecho que no fue puesto en duda en ningún momento. Con una voz netamente clara, y una presencia en el escenario digna de admirar, Bunbury ofreció a lo largo de dos horas casi sin respiro, lo mejor de sí, a un público sumamente fiel y agradecido, interpretando temas de su variado repertorio, incluyendo clásicos de la época de Héroes del Silencio.
La nostalgia también se hizo presente en esta última noche, aunque esta vez no para el público, sino para el propio Bunbury, ante la viva voz de sus admiradores “ole, ole, ole, Quique, Quique” que con gracia comentaba que había tenido un momento de recuerdos hacia su infancia, hacia su niñez, ya que solo cuando era niño lo llamaban así.
Cada una de las tres noches fue seguida por la mirada atenta de cada una de las cámaras ubicadas sobre el escenario y otras escabullidas entre la gente.
El viento a Favor fue la elegida para cerrar la tercera y última noche de esta gira latinoamericana, concluido éste, Bunbury agradeció a Buenos Aires, despidiéndose de los presentes, quienes no dudaron en ponerse de pie, a modo de agradecimiento y en muestra de respeto, por todo lo que a cada uno de los presentes había regalado en cada una de las noches de concierto. Finalmente la noche concluía ya no con un hasta mañana, sino con un volvé pronto. Aquí te esperamos
Texto: Marce Pereira Sandoval
