Barcelona, 21 de febrero. La ciudad empezaba a vestirse de oscuro y frio para dar paso a la noche. En una pequeña sala de copas de la ciudad condal, la Pom Up, un grupo zaragozano llamado Zarápolis, empezaba con los primeros ensayos de lo que iba a ser una noche llena de buenos momentos, grandísimas canciones y un ambiente calurosos y entre grandes amigos. Empezaron los ensayos previos al concierto, donde se pudieron escuchar algunos acordes de nuevos temas del grupo, los cuales, en un tiempo podremos ver plasmados en un nuevo trabajo, pero también les pudo la melancolía de temas pasados, como “Zinaida”.A las 22:30 empezaron a sonar los primeros acordes que daban nombre al tema “Siempre que vuelvo al mar”, el grupo estaba tranquilo y disfrutando de la noche entre amigos y buenas copas. Cuando volvimos del viaje hacia el mar, Luis, Alex, Diego, Nacho y Diego Martelli nos hicieron ver que cruel puede llegar a ser el destino, con la canción “Destino cruel”. Y llegó el momento de recordar un tema del actual disco del grupo, El ladrón de Orquídeas, y todos empezamos a caminar por unas “Calles Mojadas”. La noche empezaba a ser cada vez mas calurosa entre los grados de buena música y buenas copas, momento oportuno donde el grupo aprovechó para tocar el tema “Tanto calor” y dando paso al tema, “El perfecto desconocido”, canción que personalmente deberíamos escuchar mas a menudo y saber que ni nosotros mismos nos llegaremos a conocer del todo en esta vida. Lo desconocido dio paso a temas nuevos y también nos hizo mirar atrás. Y llegó uno de los momentos de máxima expresión y sentimiento de Zarápolis con el tema “Tras los focos”, canción desgarradora, real, cruel, dulce y amarga, canción que te lleva al pasado, a aquellos momentos marcados por lo bueno y lo malo, donde un coctel de sentimientos encontrados explotan de manera perfecta y donde la vida se ve expresada por el desgarro en la voz de Luis y en los sonidos de cada instrumento. Y de esta forma se iba viendo anunciado el final, de lo que estaba siendo una gran noche, tanto para el grupo como para los allí presentes. Se tocaron los temas de “Wellcome to shortbus”y “Ojos de miel” que dio paso al broche final con “Zenaida”, un canto puro y duro a la verdadera amistad entre las personas, entre verdaderos amigos, que de forma sincera están ahí para lo bueno y lo malo.Definir Zarápolis en una palabra es algo complicado, ya que en cada uno de ellos puedes encontrar mil y una cosas que les diferencia, pero si que hay una cosa que les une, y es el amor y el respeto por la música, el como disfrutan encima de un escenario, donde ves a 5 grandes personas que lo único que desean es expresar, ya sean con la voz, con unas cuerdas de bajo o guitarra, con las teclas de un piano o las baquetas de una batería. Si tuviera que definir lo que sentí al verles ahí, en ese escenario, diría que me sentí muy orgullosa por ellos, por su esfuerzo y dedicación, por su respeto a un arte muchas veces maltratado, por poder decir en alto que son grandes amigos. Decía que no sabría como definir a Zarápolis en una palabra, creo que la tengo, dedicación, verles en directo te demuestra que son cinco personas que dedican un tiempo de su vida a la música de manera humana, humilde y respetuosa, mimándola al máximo con canciones dulces, gritando a la vida con canciones mas rebeldes y llorando al destino cuando este se permite ser cruel.Para los que querías sentir la música, no os podéis perder un concierto Zarápolis, si tenéis la suerte de que pasan cerca de vuestra ciudad, no dudéis en ir, os aseguro que pasareis un rato lleno de miles de recuerdos. Y a vosotros, Alex, Diego, Nacho, Luis y Diego, solo puedo deciros: gracias.
Texto y foto en directo: Cristina Pigazo Requena
