Ni en el mejor de mis sueños imaginé desde el año 85 en que me enamoré de U2 que les vería dos noches seguidas y en un lugar tan inmenso. El Camp Nou se convirtió en la Catedral del Rock durante dos litúrgicas veladas donde su oficiante, Bono, congregó a más de 90.000 fieles entregados con fervor místico y musical. Todo ello tuvo lugar en el altar más espectacular en forma de garra “The Claw”, de inpiración surrealista y bajo el influjo de Gaudí según aseguró a los medios de comunicación su carismático vocalista.Bajo un calor asfixiante Snow Patrol cumplieron a la perfección con su papel de telonear a las estrellas, sonaron bien, entretuvieron los nervios y fueron cálidamente aplaudidos.
A la hora señalada apareció el bello Larry Mullen Jr., The Edge a la guitarra, Adam al bajo y el admirado Bono ocupando sus puestos y bajo una atronadora ovación.
Las luces rutilantes, la gran pantalla circular, los primeros acordes de “Breath” y aquello ya era una locura colectiva. Sonó endiabladamente rápida y enérgica, perteneciente al nuevo disco “No line on the horizon” encendió la mecha de la pasión. U2 aman Barcelona y España han declarado y son correspondidos con creces. Más de 90.000 almas venidas de toda España y fuera de nuestras fronteras impresionaban rugiendo juntas, haciendo la ola, cantando dejándose la piel.
Comenzó el atronador riff de guitarra del virtuoso The Edge como preludio al temazo que da título al disco. Brilló en todo su esplendor esta pieza, agudos imposibles, entrega sin límites, un momento de comunión perfecta. Sin abandonar este trabajo puso a todo el mundo en pie y a bailar el hit de las radios y primer single “Get on your boots”. Resultó efectivo, vibrante, el grupo se metió a todo el estadio en el bolsillo del corazón directamente.
No importó que a ratos flaquearan las facultades de la castigada y bellísima voz de Bono, ni los fallos en algún punteo de The Edge ni altibajos en el sonido, ni que realmente no girara el escenario como se pensaba a priori. Era el primer día de una gira, todos somos humanos y los nervios afortunadamente siguen apareciendo en estos cuatro amigos que todavía aunque millonarios continúan necesitando tocar para hacer felices a los demás y compartir su arte con todo el mundo.
El día 2 sin embargo con algunas sorpresas en el setlist fue un concierto perfecto en ejecución y transmisión, algo que pasará a la historia de la banda.
Elevando la calidad compositiva “Magnificent” fue celebrada y vitoreada, una de las mejores de reciente entrega. Luminosa, alegre y chispeante empezó “Beautiful day”. La típica canción positiva que te hace sentir buen rollo interior. The Edge además de tocar la guitarra apoyó vocalmente en los coros en todos temas, cada día canta mejor,este hombre es completo.
Primera visita al glorioso y épico pasado de la banda con la excelsa “I still haven´t found what I´m looking for”. Como siempre este majestuoso tema encandila y conmueve. Sublimes melodía y letra para un himno típicamente U2.
Sorpresa, Bono homenajeó a Michael Jackson poniendo el alma y poderío escénico al servicio de “Angel of Harlem”. Todos en pie, el sonido y ambiente impresionantes, tras ella unos snippets del Rey del Pop como “Man in the mirror” y “Don´t stop till you get enough” haciendo unos alardes vocales con sus falsetes incluidos que quedaron realmente preciosos y sentidos. A continuación la delicada “In a little while” suavizó el sonido.
Siguiente sorpresa, Bono contactó con la Estación Espacial Internacional, diálogo ecologista con los astronautas y subtitulado en catalán. ¿Alguien se dio cuenta de que el Camp Nou se llenó de gente venida de todos puntos y que quizá no entendían el catalán? Si ahora era protagonista la gigantesca pantalla no lo fue menos en la siguiente canción que en forma de karaoke permitió a todo el mundo corear “Unknown caller”.
El momento más especial para mí y muchos nostálgicos vino con “Unforgettable fire”. Digna visita al sonido más auténtico y especial de U2 con una guitarra que creaba atmósferas únicas e impactantes, al filo. Sonó igual que en décadas pasadas. Bono arriesgó hasta la extenuación, magia e intensidad a partes iguales. Del fue al es del penúltimo disco con “City of blinding lights”. Deliciosa en su puesta en escena siempre funciona bien en directo.
Hora de botar y poner a todo el mundo a bailar y saltar con el famoso:
¡Uno, dos, tres, catorce! de “Vertigo”
Siguiente sorpresa o cómo reinventarse haciendo una versión del tema que será próximo single “I´ll go crazy” metiéndonos literalmente en una delirante discoteca con Larry paseándose con unos bongos por el inmenso escenario y sus pasarelas, de fondo un ensordecedor chumba chumba de frenético ritmo entre brasileño, africano y disco. Inclasificable, puede romper las listas de baile y conquistarnos quizá después pero un concepto un tanto árido de asimilar por lo que supone de giro y cambio en su primigenia concepción. El público se hallaba un tanto descolocado pero bailamos a gusto con unos chavales de casi 50 años que no van a dejar de sorprendernos visto y oído lo mostrado hasta la fecha y con tantos cambios en su discografía en estilo y escenografía.
La cordura de nuevo impuso su ley con dos de las piezas más exquisitas y de obligatoria inclusión “Sunday Bloody Sunday” y “Pride”. Incombustibles, indispensables para enseñar a las nuevas generaciones cuáles son las bases de la mejor banda del mundo para millones de seguidores,para servidora también.
Más caviar musical,”MLK”, como una dulce nana fue viajando la voz de Bono emocionada a través de sus breves líneas melódicas. Un instante inolvidable para el fan clásico. Siempre me ha elevado el espíritu la inspiración de su composición y voz.
El Bono de vocación política y activista contra la injusticia dedicó “Walk on” a Aung San Suu Kyi recordando al mundo que la elegida líder de Burma no ha podido ejercer su labor por haber sido arrestada en su domicilio y privada de libertad sin ningún tipo de cargo en su contra. Varios jóvenes con caretas reproduciendo su efigie caminaron solemnemente por la pasarela mientras sonaba la canción.
A continuación abandonaron el escenario para dar paso al speech de Desmond Tutú que resultó un tanto pesado y cortó un poco el buen ambiente.
Menos mal que enlazaron con la emblemática “Where the streets have no name” saltando todo el mundo, Bono echándole una carrera a The Edge y entregándose a tope.
“One” no fue esta vez una canción ideal porque por problemas en el sonido de retorno del pinganillo de Bono tuvo que rectificar y ello motivó la pérdida de ritmo y parte de la estrofa bajando su intensidad habitual. Cosas del directo,no todo está medido y ahí radica también el encanto de su imprevisible fallo.
Pensábamos que habíamos visto todo pero no, Bono apareció luciendo una chaqueta de cuero negro con 240 haces de luz láser roja diseñada por Moritz Waldemeyer. El efecto lumínico era hipnótico pero eso no es nada comparado con la interpretación que nos esperaba de la deseada “Ultraviolet”. Tendréis que verlo en Youtube para haceros idea de lo que aquello supuso para todos, cantando a pleno pulmón colgándose de un micrófono redondo que colgaba del techo y que lanzaba continuamente como un boomerang deslumbrando como una rutilante estrella con luz propia.
El romanticismo de la noche vino cálidamente acompañado de la mano de “With or without you”, móviles encendidos, idónea balada para una noche de amor correspondido en Barcelona.
El final se intuía y así fue, nos despidieron con un intenso “Moment of surrender” que dejaba en el ambiente la sensación de haber asistido a un concierto especial por ser el primero de una gira, por no saber en profundidad los detalles del mismo, por haber compartido algo mágico y especial. Por haber visto a nuestros ídolos tras cuatro años de espera desde el Vértigo Tour. El siguiente concierto del día 2 fue grandioso y muchísimo mejor en todo pero ese primer contacto como el primer beso nunca se olvidará.
Gracias a José y Tati por facilitarme la compra de entradas.
Irlandeses God bless you. Gracias por vuestra música que alimenta el alma y eleva al ser humano a otra dimensión.
A la hora señalada apareció el bello Larry Mullen Jr., The Edge a la guitarra, Adam al bajo y el admirado Bono ocupando sus puestos y bajo una atronadora ovación.
Las luces rutilantes, la gran pantalla circular, los primeros acordes de “Breath” y aquello ya era una locura colectiva. Sonó endiabladamente rápida y enérgica, perteneciente al nuevo disco “No line on the horizon” encendió la mecha de la pasión. U2 aman Barcelona y España han declarado y son correspondidos con creces. Más de 90.000 almas venidas de toda España y fuera de nuestras fronteras impresionaban rugiendo juntas, haciendo la ola, cantando dejándose la piel.
Comenzó el atronador riff de guitarra del virtuoso The Edge como preludio al temazo que da título al disco. Brilló en todo su esplendor esta pieza, agudos imposibles, entrega sin límites, un momento de comunión perfecta. Sin abandonar este trabajo puso a todo el mundo en pie y a bailar el hit de las radios y primer single “Get on your boots”. Resultó efectivo, vibrante, el grupo se metió a todo el estadio en el bolsillo del corazón directamente.No importó que a ratos flaquearan las facultades de la castigada y bellísima voz de Bono, ni los fallos en algún punteo de The Edge ni altibajos en el sonido, ni que realmente no girara el escenario como se pensaba a priori. Era el primer día de una gira, todos somos humanos y los nervios afortunadamente siguen apareciendo en estos cuatro amigos que todavía aunque millonarios continúan necesitando tocar para hacer felices a los demás y compartir su arte con todo el mundo.
El día 2 sin embargo con algunas sorpresas en el setlist fue un concierto perfecto en ejecución y transmisión, algo que pasará a la historia de la banda.
Elevando la calidad compositiva “Magnificent” fue celebrada y vitoreada, una de las mejores de reciente entrega. Luminosa, alegre y chispeante empezó “Beautiful day”. La típica canción positiva que te hace sentir buen rollo interior. The Edge además de tocar la guitarra apoyó vocalmente en los coros en todos temas, cada día canta mejor,este hombre es completo.
Primera visita al glorioso y épico pasado de la banda con la excelsa “I still haven´t found what I´m looking for”. Como siempre este majestuoso tema encandila y conmueve. Sublimes melodía y letra para un himno típicamente U2.
Sorpresa, Bono homenajeó a Michael Jackson poniendo el alma y poderío escénico al servicio de “Angel of Harlem”. Todos en pie, el sonido y ambiente impresionantes, tras ella unos snippets del Rey del Pop como “Man in the mirror” y “Don´t stop till you get enough” haciendo unos alardes vocales con sus falsetes incluidos que quedaron realmente preciosos y sentidos. A continuación la delicada “In a little while” suavizó el sonido.
Siguiente sorpresa, Bono contactó con la Estación Espacial Internacional, diálogo ecologista con los astronautas y subtitulado en catalán. ¿Alguien se dio cuenta de que el Camp Nou se llenó de gente venida de todos puntos y que quizá no entendían el catalán? Si ahora era protagonista la gigantesca pantalla no lo fue menos en la siguiente canción que en forma de karaoke permitió a todo el mundo corear “Unknown caller”.
El momento más especial para mí y muchos nostálgicos vino con “Unforgettable fire”. Digna visita al sonido más auténtico y especial de U2 con una guitarra que creaba atmósferas únicas e impactantes, al filo. Sonó igual que en décadas pasadas. Bono arriesgó hasta la extenuación, magia e intensidad a partes iguales. Del fue al es del penúltimo disco con “City of blinding lights”. Deliciosa en su puesta en escena siempre funciona bien en directo.
Hora de botar y poner a todo el mundo a bailar y saltar con el famoso:
¡Uno, dos, tres, catorce! de “Vertigo”
Siguiente sorpresa o cómo reinventarse haciendo una versión del tema que será próximo single “I´ll go crazy” metiéndonos literalmente en una delirante discoteca con Larry paseándose con unos bongos por el inmenso escenario y sus pasarelas, de fondo un ensordecedor chumba chumba de frenético ritmo entre brasileño, africano y disco. Inclasificable, puede romper las listas de baile y conquistarnos quizá después pero un concepto un tanto árido de asimilar por lo que supone de giro y cambio en su primigenia concepción. El público se hallaba un tanto descolocado pero bailamos a gusto con unos chavales de casi 50 años que no van a dejar de sorprendernos visto y oído lo mostrado hasta la fecha y con tantos cambios en su discografía en estilo y escenografía.
La cordura de nuevo impuso su ley con dos de las piezas más exquisitas y de obligatoria inclusión “Sunday Bloody Sunday” y “Pride”. Incombustibles, indispensables para enseñar a las nuevas generaciones cuáles son las bases de la mejor banda del mundo para millones de seguidores,para servidora también.Más caviar musical,”MLK”, como una dulce nana fue viajando la voz de Bono emocionada a través de sus breves líneas melódicas. Un instante inolvidable para el fan clásico. Siempre me ha elevado el espíritu la inspiración de su composición y voz.
El Bono de vocación política y activista contra la injusticia dedicó “Walk on” a Aung San Suu Kyi recordando al mundo que la elegida líder de Burma no ha podido ejercer su labor por haber sido arrestada en su domicilio y privada de libertad sin ningún tipo de cargo en su contra. Varios jóvenes con caretas reproduciendo su efigie caminaron solemnemente por la pasarela mientras sonaba la canción.
A continuación abandonaron el escenario para dar paso al speech de Desmond Tutú que resultó un tanto pesado y cortó un poco el buen ambiente.
Menos mal que enlazaron con la emblemática “Where the streets have no name” saltando todo el mundo, Bono echándole una carrera a The Edge y entregándose a tope.
“One” no fue esta vez una canción ideal porque por problemas en el sonido de retorno del pinganillo de Bono tuvo que rectificar y ello motivó la pérdida de ritmo y parte de la estrofa bajando su intensidad habitual. Cosas del directo,no todo está medido y ahí radica también el encanto de su imprevisible fallo.
Pensábamos que habíamos visto todo pero no, Bono apareció luciendo una chaqueta de cuero negro con 240 haces de luz láser roja diseñada por Moritz Waldemeyer. El efecto lumínico era hipnótico pero eso no es nada comparado con la interpretación que nos esperaba de la deseada “Ultraviolet”. Tendréis que verlo en Youtube para haceros idea de lo que aquello supuso para todos, cantando a pleno pulmón colgándose de un micrófono redondo que colgaba del techo y que lanzaba continuamente como un boomerang deslumbrando como una rutilante estrella con luz propia.
El romanticismo de la noche vino cálidamente acompañado de la mano de “With or without you”, móviles encendidos, idónea balada para una noche de amor correspondido en Barcelona.El final se intuía y así fue, nos despidieron con un intenso “Moment of surrender” que dejaba en el ambiente la sensación de haber asistido a un concierto especial por ser el primero de una gira, por no saber en profundidad los detalles del mismo, por haber compartido algo mágico y especial. Por haber visto a nuestros ídolos tras cuatro años de espera desde el Vértigo Tour. El siguiente concierto del día 2 fue grandioso y muchísimo mejor en todo pero ese primer contacto como el primer beso nunca se olvidará.
Gracias a José y Tati por facilitarme la compra de entradas.
Irlandeses God bless you. Gracias por vuestra música que alimenta el alma y eleva al ser humano a otra dimensión.
Texto: Susana Almarcha Mingote. SusanQ.
Fotos: Cortesía de la web www.u2spain.es
